Los trastornos de personalidad son muy comunes. Se estima que entre el 10% y el 13% de la población general tiene algún trastorno de personalidad. En la consulta psiquiátrica ambulatoria esa cifra se eleva del 30% a 50%. Por otra parte, el diagnóstico de trastorno de personalidad parece ir en aumento durante el último tiempo en nuestra población (para mayor información visite http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272001000100020&script=sci_arttext).
Uno de los trastornos de personalidad con mayor frecuencia en la población es el Trastorno de personalidad antisocial. Comúnmente se reconoce este tipo de trastorno en aquellas personas que realizan delitos, homicidios y violaciones. Esto se debe a que dentro de las características principales del trastorno se encuentra el “desprecio” y “violación” de los derechos humanos. Dentro de los criterios para clasificar este trastorno se encuentra la existencia, previamente, de un trastorno disocial el cual se refiere a un patrón repetitivo, antes de los 15 años, de conductas que vayan en contra de las normas sociales y derechos básicos. Por ende otra características es que el sujeto que presente estos comportamientos debe tener por lo menos 18 años. En el manual DSM-IV encontraron con mayor profundización los criterios para diagnosticar y diferenciar este trastorno de personalidad.
Si tomamos en cuenta que para diagnosticar el trastorno de personalidad antisocial debe existir un historial de comportamientos, vale decir, debemos tomar en cuenta las conductuales, el contexto familiar, social y educativo que los rodeas. Este trastorno se asocia especialmente a las personas de un status y nivel socioeconómico bajo. Si bien existe un alto porcentaje, debemos valorizar las diferencias individuales y los estilos de crianza distintos en cada familia. Un caso que podemos tomar en cuenta como un ejemplo es la conocida película “naranja mecánica”. Para aquellos que conocen esta película recordaran que Alex (personaje principal) se caracteriza por ser un joven estudiante que viva con sus padres, no pertenecía a un status bajo y no presentaba problemas económicos. Se pensaría que el contexto le favorecería a desarrollarse de forma “normal” pero sus ideas lo hacían tener una mentalidad criminal, disfrutando de la maldad, de la “Ultraviolencia” y del abuso sexual de las mujeres. Si bien este caso es de ficción, la realidad no esta ajena. Por lo que podemos reconocer que este trastorno no es solamente perteneciente a clases baja o los delincuentes, depende de muchos factores que rodeen la vida de las personas. Aquí es donde entramos los psicólogos, cuando nuestras evaluaciones son fundamentales para reconocer los eventos que causen el comportamiento de las personas.
A continuación les dejo unos videos, en el que podemos ver como los estudiantes no respetan los derechos de los demás, no respetan ni a las autoridades como profesores y directores, llegando a tal punto en que los golpean o los amenazan con armas.
Estos videos revelan el comportamiento y pensamiento que están teniendo los jóvenes, en donde al parecer no existen reglas ni derechos. No podemos precisar si ellos serán o no personalidades antisociales pero es fundamental tomar en cuenta lo que esta ocurriendo en los establecimientos educacionales de nuestro país, ya que pueden ser antecedentes de la aparición de esta trastorno.
Andrés Sepúlveda Ibáñez
Tutor-ayudante.
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